La Serenísima, la empresa láctea preferida por los argentinos, adhirió al Día Mundial de la Salud, que se celebró el 7 de abril.
En 2015, fomenta medidas destinadas a mejorar la inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena productiva.
Para ello, la marca recuerda el eje de su filosofía de trabajo: la calidad.
Las enfermedades transmitidas a través de los alimentos (ETA) son aquellas que se originan por la ingestión de alimentos y/o agua contaminados en cantidades suficientes para afectar la salud del consumidor.
En la actualidad, se conocen más de 200 ETA que provocan la muerte de más de dos millones de personas, en su mayoría niños, por año.
Es muy importante tener presente que la llegada del contaminante al alimento se puede dar desde el momento en que se encuentra en su estado natural (crudo), durante la cadena de elaboración y comercialización, y hasta que llega al refrigerador o mesada de preparación de la cocina.
Por esta razón, para La Serenísima la calidad es un aspecto clave y característico que se respeta en toda la cadena de valor, bajo estándares nacionales y globales, desde la selección de la materia prima en los distintos tambos, hasta la llegada del producto a las góndolas, envasado y etiquetado responsable.
Gracias a los estrictos parámetros de seguridad e higiene que la compañía emplea para asegurarse la recepción de la leche más pura y fresca del país, de la tecnología de última generación aplicada al servicio de la calidad y del compromiso de todos quienes participan en cada etapa productiva, "somos la única empresa láctea cuya leche tiene menos de 50.000 bacterias por mililitro al inicio de la pasteurización", según voceros de LS.
En ese sentido, aconseja a los consumidores:
· Atender a las condiciones de conservación establecidas, como así también consumir al producto dentro de su vida útil
· Mantener la cadena de frío de aquellos alimentos que lo requieran para conservarlos. La perdida de esta condición genera un deterioro acelerado del producto que tendrá un impacto en las características y condicionarán la aptitud para el posterior consumo
· Seguir las premisas básicas de higiene, cocción, manipulación y conservación de alimentos (utilizar siempre agua potable para el consumo directo o como ingrediente de alimentos, para el lavado, para higienizar las superficies y utensilios empleados en la elaboración, mantener una extrema higiene de manos y preservar limpia la heladera)
· Evitar el consumo de leche sin pasteurizar y de quesos de elaboración artesanal de origen dudoso y/o yogures caseros
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