"Biografía no autorizada de 1910 surgió como si fuera un disco en vivo para un músico: grabé las conferencias que ofrecí sobre el Centenario y de las desgrabaciones comenzó a salir el texto", confesó el historiador y periodista Daniel Balmaceda, quien, además, se dio el lujo de editar su segundo volumen, vía Sudamericana (Random House Mondadori), en menos de 4 meses (el anterior fue el best-seller Historia de Corceles y de Acero).
En diálogo vía mail con El Informatorio Blog, el autor de Biografía no autorizada de 1910 anticipó episodios de la obra y explicó por qué no se puede comparar ese festejo con el del reciente Bicentenario. "El fervor patriótico de 1910 no tiene nada que ver con el actual", sentenció.
A continuación, se transcribe la entrevista con Balmaceda.
Marcelo Mendieta: ¿Cómo surgió la idea de escribir Biografía no autorizada de 1910? Además del Centenario, ¿por qué te pareció interesante ese año de la historia argentina?
Daniel Balmaceda: Surgió en forma natural mientras trabajaba para mis libros anteriores. Comenzaron a acumularse hechos que habían ocurrido ese año o estaban muy relacionados con 1910. Decidí avanzar un poco más sobre el tema y me dediqué a leer bibliografía y periódicos. Además tenía el condimento de ser el año bisagra entre 1810 y 2010, por lo tanto muy interesante para marcar una escala entre la fecha patria y la actualidad.
M. M.: Las conferencias que venías dando sobre 1910 -y que seguís ofreciendo, tengo entendido-, ¿influyeron sobre el libro, o fue a la inversa?
D. B.: En este caso ocurrió algo muy particular. Debía dar una charla en la Legislatura porteña y en la Quinta Los Ombúes de San Isidro. Cuando las preparaba, utilizando el material que había recopilado, noté que eran muy entretenidas y didácticas. Se me ocurrió, entonces, grabar las charlas. Y este libro surgió a partir de las desgrabaciones. Vendría a ser lo que para los músicos es tener un disco de un recital en vivo.
M. M.: En el Centenario, ¿hubo polémicas como la que protagonizaron en mayo pasado el gobierno porteño y el nacional por la reapertura del Teatro Colón?
D. B.: No, por el simple hecho de que el intendente era nombrado por el presidente. Es decir, José Figueroa Alcorta tenía estrecha relación con el intendente Manuel Güiraldes. Por lo tanto, la gala de apertura del Colón, el 25 de mayo de 1908, y la del Centenario fueron fiestas espléndidas. De todas maneras, cabe aclarar que si bien el festejo oficial se llevó a cabo en el Colón, aquella noche del 25 de mayo de 1910 hubo galas en más de una docena de teatros de Buenos Aires y en decenas de salas en el resto del país.
M. M.: No leí el libro aún, pero tengo entendido que aparece un pingüino como dato significativo de uno de los capítulos. ¿Es una mera coincidencia que hubiera uno en 1910 y que haya otro -así se identifica Néstor Kirchner- en la actualidad, a 200 años, con tanto protagonismo político?
D. B.: Son coincidencias. En realidad, los pingüinos Emperador tuvieron un lugar destacado porque llegaron a Buenos Aires por primera vez en julio de 1910. Ese fin de semana, el zoológico tuvo la mayor concurrencia de todo el año. Hay que tener en cuenta que el zoológico era uno de los paseos preferidos hace cien años.
M. M.: Los que valoramos la obra de Daniel Balmaceda (foto), también celebramos tu sentido del humor. ¿Con qué anécdotas o situaciones de 1910 nos vamos a deleitar?
D. B.: Durante la llegada de la Infanta Isabel de Borbón ocurrió un choque de barcos que se convirtió en una de las situaciones más cómicas de los festejos. También hay un casamiento en Bahía Blanca que supera todo lo que hayas escuchado. ¿O acaso alguna vez supiste de una novia que sacara a relucir una pistola en su casamiento? La historia del monumento de los Españoles y las desventuras de Figueroa Alcorta en Chile también valen la pena.
M. M.: Después de haber escrito Biografía no autorizada de 1910, y de haber visto cómo se festejó el Bicentenario, ¿te atreverías a comparar una época y la otra? ¿Estamos mejor o peor como país?
D. B.: Son comparaciones rebuscadas porque las miradas, los valores, han cambiado. El fervor patriótico de 1910 no tiene nada que ver con el actual. Aquella fue una celebración plagada de conmemoraciones (actos, inauguraciones de monumentos, nomenclaturas alusivas). El nuestro, desde el vamos, se planteó como una conmemoración, pero fue más un festejo, centrado en recitales y la gala del Colón, y espectáculos de artistas y acróbatas. Sin dudas, 1910 y 2010 fueron dos escenarios distintos. Pero pertenecen a la misma Argentina, nuestra querida Patria.
Foto de Daniel Balmaceda: Alejandro Lipszyc.
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