"Jorge Newbery fue único: ¡hasta posó desnudo! José Hernández, el autor del Martín Fierro, hizo un pésimo asado cuando se fundó La Plata. Alfredo Palacios se batió a duelo con sus propios padrinos. Julio A. Roca rescató a dos hombres que se ahogaban, ¡cuando era presidente! Aunque, a decir verdad, no hay historia más insólita que la que vivió Adolfo Bioy -el padre de Bioy Casares- en el verano del 1900...", dice el escritor Daniel Balmaceda en un sabrosísimo adelanto de su nuevo libro: "Historias insólitas de la historia argentina. Desde que Urquiza llenó su casa de hijos hasta que Alfonsina se vistió de mar".
La obra, editada por Norma, contiene una imperdible colección de acontecimientos fuera de lo común, en una época singular del país: "el tiempo en que comenzó un cambio vertiginoso -subraya Balmaceda-, con vacas gordas y escándalos de primera plana", desde la batalla de Caseros (1852) hasta la década de 1930.
A continuación se reproduce el diálogo epistolar, vía mail según marca la época, que mantuvo El Informatorio con Daniel Balmaceda, consagrado autor, entre otros títulos, de Romances turbulentos de la historia argentina.
Marcelo Mendieta: ¿Cuál fue el criterio para seleccionar estas historias insólitas?
Daniel Balmaceda: Como en todos mis libros, he seleccionado hechos increíbles y personalidades atrayentes en todo sentido. ¿Sabías que Roland Garros estuvo en la Argentina y ganó una competencia? ¿O que el autor de la Marcha de San Lorenzo vendió los derechos por cincuenta pesos para comer? ¿Y que Saint-Exupéry conoció a su futura mujer en Buenos Aires? ¿Y el día que Sarmiento se sentó a leer correspondencia en el escritorio del presidente Avellaneda?
M. M.: Imagino que quedó mucho material afuera del libro para una o varias secuelas…
D. B.: Siempre ta dan ganas de seguir escribiendo. Por eso trato de acotar la época y me inclino por las historias que son amenas, extrañas y que, integradas al resto, forman un conjunto armonioso. Las que no entran, ya estarán en otro libro.
M. M.: Además de historiador y escritor, sos periodista y uno de los responsables de la edición nacional de una de las revistas más prestigiosas del mundo, Newsweek. ¿Podrías comparar, entonces, la historia con el pasado reciente y el presente en materia de hechos insólitos?
D. B.: Sí, claro. En la redacción, como en todas las redacciones, las noticias de la actualidad muchas veces nos parecen increíbles. Y en más de un caso ha ocurrido que ante una noticia insólita, le aclare a mis compañeros que "eso ya pasó" cierta vez. Pero hay una diferencia. Con las historias del pasado podemos entretenernos. Por ejemplo, cuando en "Historias insólitas" cuento el caso del descuartizador de 1893, es un relato atrapante y hasta divertido. Pero, claro, la distancia nos permite verlo de esa manera. Porque ese mismo hecho, si tuviera lugar en el 2008, nos provocaría estupor. Lo mismo ocurre con los políticos. Hoy puede parecernos pintoresco y hasta curioso que Joaquín V. González haya sido diputado sin tener la edad que requería la Constitución. Hoy sería un escándalo.
M. M.: Por último, ¿cuál dirías que es el protagonista o acontecimiento más insólito de tu libro?
D. B.: ¡Qué difícil es inclinarse por alguno! ¡Son todos! Pero Jorge Newbery fue único: ¡hasta posó desnudo! También está el pésimo asado que hizo José Hernández cuando se fundó La Plata. O Alfredo Palacios, quien se batió a duelo con sus propios padrinos. O Julio A. Roca, que se lanzó a rescatar a dos hombres que se ahogaban, ¡cuando era presidente! Aunque, a decir verdad, no hay historia más insólita que la que vivió Adolfo Bioy (el padre de Bioy Casares) en el verano del 1900...
Balmaceda presentará Historias insólitas de la historia argentina en la 34° Feria del Libro de Buenos Aires, el domingo 4 de mayo, a las 18, en la sala Domingo F. Sarmiento, junto al animador Fernando Bravo.
Fotos: gentileza Editorial Norma.
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