La renuncia de Felipe Solá a un tercer mandato en la gobernación de Buenos Aires, obligado por Néstor Kirchner y el sentido común (la Constitución provincial lo prohibe y la opinión pública rechaza a quienes pretenden perpetuarse en el poder, vg. Rovira en Misiones), provoca una avalancha de aspirantes al cargo, desde Aníbal Fernández a José Pampuro, pasando por uno de los ministros bonaerenses, Florencio Randazzo (foto), un candidato con mucho arrastre...
Ese aluvión de postulantes -que se evaporará ante cuaquier dedazo K (¿será Cristina Fernández la postulante al Ejecutivo de La Plata en 2007?)- quiere, como si el fracaso de los sondeos misioneros no hubiera sido suficiente escarmiento, hacer pie en las encuestas, en algún caso sin reparar en las formas. Al menos, eso fue lo que demostraron ayer los simpatizantes de Randazzo.
Con escasa imaginación utilizaron un par de computadoras de la propia administración provincial para saturar de votos un relevamiento de La Nación.com. No fue tarea de expertos detectar que algo raro estaba sucediendo: el actual ministro de Gobierno de Solá iba "ganando" la compulsa con 26.51% de adhesiones, a pesar de que no parece, hasta ahora, el nombre más rutilante entre los que sueñan con heredar el sillón de Dardo Rocha.
Con este insólito dato, los webmasters del portal de la familia Saguier-Mitre rastrearon de dónde provenían tantos sufragios y así determinaron que habían salido de dos direcciones de Internet ligadas a la sede del PE bonaerense. Estos empleados públicos hicieron horas extra y emitieron más de 3000 votos a favor de Randazzo. ¡Qué eficientes! Por supuesto, el diario en versión digital denunció el hecho y dio por clausurado el relevamiento ante la inminencia de un escándalo.
A casi un año de las elecciones, ¿podremos volver a creer en las encuestas como cuando éramos jóvenes e inexpertos?
(En la imagen, Solá, con el ceño más fruncido que nunca)
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