Roberto Lavagna, el ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner, y negociador del canje de la deuda externa argentina, quedó virtualmente habilitado por el principal sello opositor, la Unión Cívica Radical (UCR), para presentarse como candidato en las presidenciales de 2007, y enfrentar así al kirchnerismo que apuesta a la continuidad, sea con el actual mandatario o su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner.
La convención del radicalismo, que sesionó en Rosario (la segunda ciudad de la Argentina), resolvió abrir el diálogo con fuerzas afines, de cara a los comicios del año que viene. Y ratificó su papel anti-K.
Sin nombrarlo -de hecho, Lavagna todavía no admitió sus pretensiones en público-, el ex ministro recibió el espaldarazo de 65% de los representantes.
El resto de los delegados no asistió debido a que gobernadores e intendentes con ficha de afiliación radical forman parte de una coalición en cierne, bajo el ala kirchnerista.
El ex Presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) se ocupó en persona de arengar avales para RL, así como propiciar la expulsión de los mandatorios que optaron por cobijarse en los brazos K, sospechados de haberse casado por conveniencia (los recursos financieros que gira la Nación hacia el interior del país equivaldrían a la dote).
La coalición que alienta el gobierno nacional no sólo dividió a la UCR. El Partido Justicialista (Peronista), si bien se alinea mayoritariamente detrás de quien ejerce el poder, sufre la diáspora de un sector que se mantiene leal al antecesor de Kirchner, Eduardo Duhalde (2002-2003), y que se adelantó a proclamar a Lavagna como aspirante a destronar al clan K en 2007.
Las relaciones entre duhaldistas y alfonsinistas siempre dieron frutos, aunque en este caso nadan contra la corriente.
A fines de la década pasada, esta alianza impidió el segundo intento reeleccionista de Carlos Menem (1995-1999). En 2002 sirvieron de puente para que Duhalde, ex gobernador de Buenos Aires, le diera con su asunción estabilidad a la Casa Rosada, tras la sucesión de breves interregnos que herederon la debacle de Fernando de la Rúa (1999-2001), también radical pero de signo opuesto al de Alfonsín.
Marcelo Mendieta (http://elinformatorio.blogspot.com/)
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