El petroleo sigue moviendo al mundo. Todavía, a pesar de las promesas de energías alternativas. En América del Sur, lo sabe -y lo demuestra- mejor que nadie el venezolano Hugo Chávez.
La política, desde que los Estados se fueron achicando (especialmente, en la Argentina), necesita del aporte privado, vía impuestos, regalías, etcétera.
Los medios viven (vivimos) de los aportes publicitarios de las empresas, y uno de los rubros más poderosos es el de los combustibles.
Todo eso, en síntesis y a grandes rasgos, explica el creciente centimetraje de Repsol - YPF en estos últimos días de febrero en diarios en papel y on line de la región.
Para completar el cuadro de situación: La Noticia.
Repsol-YPF acaba de confirmar que obtuvo ganancias récord en 2005, con un beneficio neto de 3120 millones de euros y un crecimiento de 29,2% respecto del año anterior. El aumento del barril de petroleo (¿habrá tenido algo que ver la guerra de Irak?; otra vez la política pero por medios violentísimos aparece en escena) favoreció a la empresa.
El sábado, un fiscal boliviano, alentado seguramente por los nuevos vientos nacionalistas que acompañan a Evo Morales, pidió la detención de uno de los máximos representantes de la mega firma hispano-argentina en el Altiplano, Julio Gavito, por presunto contrabando de petróleo. El mismo embajador español en La Paz pidió que se solucione "este malentendido" con la Justicia de Evo. El recién asumido Morales fue el que provocó un cimbronazo en la cotización bursátil de Repsol cuando anunció la nacionalización de los recursos naturales de Bolivia.
Finalmente, una cuestión doméstica, bien argentina, entra en escena. El gobernador de Neuquen dictó la semana pasada un decreto para cobrarle más a las petroleras por regalías. Obviamente, no persigue sólo a Repsol con la alcancía.
Jorge Sobisch, que ya había denunciado a Repsol por supuesta contaminación, quiere ser presidente en 2007. Sueña con alcanzar la Casa Rosada desde que afirmó su poder provincial y se dio cuenta de que "monedero mata (o salva) candidato", parafraseando al filósofo contemporáneo Jacobo Winograd (a) Chizito.
¿Será ajeno este anhelo de Sobisch a su flamente vocación de celoso recaudador tributario? ¿O es que las finanzas del Estado neuquino se han vuelto sagradas?
Enigmas que, puertas adentro, los directivos de Repsol o de cualquier gran empresa, y por supuesto funcionarios y políticos, descifran a diario.
Marcelo Mendieta
Actualización (viernes 3 de marzo): La importancia política-económica de Repsol queda en evidencia una vez más en la información publicada por el matutino porteño Ambito Financiero. Anuncia ese diario el eventual interés de Kirchner, en alianza con las petroleras estatales de Brasil (Petrobras) y Venezuela (PDVSA), más Bolivia, de ofertar por la parte de Repsol que opera en Argentina -antiguamente YPF a secas- y convertirla en una compañía regional-multinacional-estatal de hidrocarburos.
Estamos hablando de una jugada con intenciones de alta geopolítica, sin duda.
Antonio Bruffau, hombre fuerte de la empresa hispano-argentina, desmintió, de inmediato, cualquier intención de vender esos activos. Aunque ya se conocía la inquietud de otras empresas de combustibles, como British Petroleum.
El gobierno boliviano ya levantó el pedido de captura contra el directivo de Repsol. Es una señal de alivio.
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