Entre las tendencias, se sobresalen la apuesta por artículos sostenibles, el consumo de productos de segunda mano, la manera en que las nuevas generaciones conciben el lujo y la importancia que se le otorga en la academia.
El incremento en el consumo de la moda está relacionado con la forma en que las compañías se adaptaron a las tendencias de este negocio y las necesidades de las nuevas generaciones y del planeta.
Los compradores se preocupan por el proceso de producción y los materiales de una prenda de vestir, y piensan en la huella medioambiental que pueden genera. De ahí el vuelco que dieron algunas empresas.
"Por ley, las marcas deberán cumplir ciertos estándares, como tener un tanto por ciento de productos reciclados, pero es cierto que el consumidor cada vez está más informado y concientizado, algo que las marcas deben tener en cuenta. Hay pequeñas firmas de confección que están trabajando con estos criterios en mente, lanzando series limitadas y apostando por el producto de proximidad", explicó Tatiana Valoira (foto), directora del máster en Fashion & Retail Management de la EAE Business School de Barcelona.
Otra muestra del cambio de paradigma es el éxito de las apps que permiten la comercialización e intercambio de ropa usada. Antes, comprar productos de segunda mano estaba asociado con la falta de recursos para adquirir artículos nuevos. Ahora, tiene que ver con el reaprovechamiento y la sostenibilidad, preocupaciones de la generación Z, es decir, de los nacidos entre el final del siglo pasado y el inicio del nuevo milenio.
La evidencia del auge en la moda de segunda mano es un estudio realizado a nivel mundial por el portal Milanuncios.com, que muestra cómo la demanda de estos productos aumentó 33 % en 2022, en comparación con 2021.
El lujo, conforme con Ramón Solé, director del máster de Luxury Brand Management de EAE Business School Madrid, no sólo pasa por un "producto excelente en todos los sentidos, con una base de legitimidad y un origen al que honrar", sino un factor diferencial.
El factor diferencial al que Ramón Solé alude es el "valor refugio" que, entre otros, tienen marcas como Rolex. ¿Por qué? Porque, además de brindar estatus, pueden cotizar como valor de inversión, al retener entre 80 y 90 % del valor minorista.
Ahora bien, los cambios de paradigmas mencionados también repercuten en las grandes escuelas de negocio y moda.
En el caso de EAE Business School, abrió el primer máster para formar expertos en lujo, llamado Luxury Brand Management MBA, y diseñado junto a Sup de Luxe en París.
Otro programa enfocado en el presente y el futuro de la moda es el máster en Fashion & Retail Management Barcelona-Roma, dirigido a quienes buscan convertirse en referentes de este campo.
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