Vale la pena resaltar que el packaging no deja de ser la ropa del producto, pero cuando las empresas empiezan a priorizar las necesidades y preferencias de sus públicos, empiezan a implementar opciones sostenibles, más responsables con el medio ambiente.
Una de las industrias que más impulsó estas acciones es la cosmética.
A pesar de ser haber sido uno de los sectores más afectados por la pandemia, por el uso de las mascarillas, según EAE Business School en su estudio del lujo, en el 2021, el incremento de sus ventas alcanzó a 14,3 % en comparación con 2020, y quedó a menos de 7 puntos de alcanzar el nivel de 2019.
La industria de la belleza y los cosméticos empezó a trabajar en forma comprometida en mejorar sus prácticas, no sólo en cuanto a testeo en animales -que se constituyó en un gran debate durante la última década-, sino también en lo que respecta a los componentes de envolturas.
A criterio de Bethlem Boronat, profesora del máster en Liderazgo en Sostenibilidad y RSC de EAE Business School, "al principio, las marcas parecían seducidas por los empaques teóricamente ecológicos, y el producto les importaba poco. En la actualidad, vemos un enfoque del marketing de los productos más sostenible, con unos empaques más dudosos, centrados en el concepto, de reciclado (poco demostrable), o de reciclable (que pone la responsabilidad medioambiental en el cliente final, y no en tanto en la empresa productora)".
"Creo que el mayor reto consiste en dejar de pensar en el packaging solo como el vestuario del producto y diseñar productos que tengan un bajo impacto y que, en lugar de hacer responsable de ese impacto al usuario, lo hagan corresponsablemente desde la marca. Una buena idea son los productos rellenables, siempre que se rellenen en fuentes o depósitos, que no requiere un nuevo packaging. La compra de productos a granel, en la que el cliente decida dónde guardar su producto, es una buena opción, ya que permite, por ejemplo, compras de producto de mayor volumen, en el caso de una familia. Y desde luego, no solo empaques responsables, sino productos realmente responsables, que cuiden el entorno y al cliente, que no estén pensados para desarrollar adicción al uso, que inviten al uso responsable y que sean totalmente biodegradables", aseguró Bethlem Boronat, de EAE Business School.
Vale la pena resaltar que las nuevas generaciones de consumidores han representado un factor importante para que las empresas empiecen a considerar las exigencias de un abordaje más sostenible y responsable con el medio ambiente, especialmente, cuando se empieza a popularizar el concepto de microplástico en los océanos.
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