Al emprender un viaje prolongado con niños es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
- la duración
- las edades de los chicos
- la motivación de ellos para realizar ese viaje
- y la motivación de los adultos para viajar con los niños.
Las recomendaciones generales del viaje varían según el medio de transporte y las edades:
- Si se trata de niños entre 0 y 1 ½ año es fundamental considerar el bienestar vinculado con el confort físico y descanso necesario. Llevar ropa cómoda. Disponer de varias mudas para poder cambiarlos. Aprovechar los estímulos que el viaje mismo genera. Ayudarlos a que puedan "ensimismarse", y cuidarse de hiperestimularlos.
- Entre el 1 ½ y los 3 años, además de lo anteriormente mencionado, hay que considerar la necesidad de los chicos de querer moverse y trasladarse, ya que a esa edad se incrementa.
Resulta beneficioso para los niños poder bajar si viajan en auto, durante 15 minutos cada dos horas; si viajan en tren, recorrer los vagones. En cuanto a los viajes en avión y/o buses, suelen ser especialmente complicados para los niños en esa edad.
Si es por elección, no suelen ser la opción más recomendada; si es por necesidad, habrá que sumar la imaginación para crear "mundos acordes para los chicos", mediante cuentos breves, dibujos, y todo lo que la paciencia e imaginación del adulto permita. En estos casos, suele requerir un asesoramiento y/o una preparación previa significativa.
- Entre los 3 y los 6 años, podemos sumar el valor agregado que tienen los relatos por "capítulos", en los cuales ellos también puedan sentirse participes de cómo se van desencadenando.
-Entre los 6 y los 9 años es propicio incluir el relato de cuentos en los cuales puedan sentirse protagonistas. Juegos con palabras, colores o números, suelen ser recomendados en esta etapa.
- Entre los 9 y los 12 años, el valor que tienen las canciones y la participación activa de los niños en la construcción de ellas, es fundamental.
Si viajan en grupo con otros niños, suelen ser interesantes los juegos en los cuales se incluye lo que van viendo en el paisaje, si es que el viaje lo permite.
Es importante también considerar los intereses particulares de cada niño para aprovechar ese tiempo, no solo como algo para tolerar sino como una oportunidad para conocerlo, y/o desarrollar algún tema que luego del viaje pueda continuar.
(*) La columnista es doctora en psicología (MN 14363) de la Fundación Hospitalaria y Fundación Aigle, teléfono: (011) 4704-2300.
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