Algunos de los más brillantes científicos, políticos de fama mundial y personalidades de la cooperación internacional creen posible el fin de la desnutrición masiva en un plazo de dos décadas.
El interrogante resulta inevitable: ¿seremos capaces de proporcionar alimentos a nueve mil millones de personas (dos mil millones más que hoy) en 2050?
Mientras los defensores del derecho a la alimentación y los partidarios de los cultivos tradicionales rechazan la intervención de la tecnología y la agroindustria, numerosos economistas predicen que, con las políticas adecuadas, la pobreza en África puede acabarse en veinte años.
Al mismo tiempo, filantrocapitalistas como Bill Gates y Warren Buffett invierten fortunas en tecnología para ayudar a resolver el problema.
Tras 30 años de estudio y elaboración de informes sobre asistencia humanitaria y desarrollo, el autor estadounidense David Rieff pone en la mira las pretensiones de ambas partes y se pregunta si alguno de estos esfuerzos va a terminar con la crisis, en el libro El oprobio del hambre, Alimentos, justicia y dinero en el siglo XXI.
El cambio climático, los gobiernos inestables que reciben ayuda, la íntima relación entre el sector filantrópico y gigantes agrícolas como Monsanto y Syngenta son algunos de los factores, a menudo ignorados, que él incorpora al debate.
Rieff (Boston, 1952), licenciado en Historia por la Universidad de Princeton, analista político, periodista y crítico cultural, visitará la Argentina durante este mes y dará entrevistas a la prensa.
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