El documento detalla las políticas que la entidad financiera despliega con sus empleados, clientes y proveedores, así como en las comunidades donde opera.
Enrique Cristofani, presidente de Santander Río, subrayó que "nos proponemos responder a la necesidad de ser un banco digital, más simple de operar; y físicamente cercano –tanto por las personas como por sus canales de contacto- y, por sobre todas las cosas, comprometido con sus clientes, profesionales y accionistas, y la comunidad. Para lograrlo, seguimos profundizando la transformación y expansión de la red de sucursales y continuamos con nuestro modelo de inclusión financiera, que nos permitió llegar a 150 mil personas e impulsar oportunidades de crecimiento y desarrollo económico y social de distintas comunidades. Ya son cinco las sucursales abiertas en zonas de baja bancarización como La Juanita (La Matanza), Castelar Sur (Morón), Barrio Santa María (San Miguel), Cayastá y Sanford (Santa Fe)", concluyó el directivo.
Durante el año pasado, Santander Río destinó $43 millones a iniciativas culturales en el marco de la Ley de Mecenazgo, y $24,8 millones adicionales en inversiones a la comunidad, motorizando proyectos orientados al desarrollo económico, social y cultural del país, entre los que se destacan:
• Educación: renovó el compromiso con la educación superior, profundizando y fortaleciendo los convenios con más de 80 universidades argentinas, públicas y privadas. Continuaron los programas de becas y premios para estudiantes destacados, entre ellos, las Becas Iberoamérica, Becas EFE y Becas para Pymes, como así también los Premios al Mérito Académico, Jóvenes Emprendedores y al Mejor Egresado. En cuanto a la educación inicial, el banco otorga becas escolares y contribuye con el programa Luces para Aprender.
• Inclusión financiera: se redoblaron los esfuerzos para ampliar la red de sucursales a zonas no bancarizadas, para que puedan crecer las comunidades más vulnerables. Actualmente, el banco cuenta con 5 sucursales que acercan sus productos a 150 mil personas que no disponían de una entidad financiera próxima. Con productos y servicios diseñados especialmente para dichas localidades, Santander Río impulsa propuestas integrales para agregar valor y potenciar el desarrollo de las comunidades: tarjetas de crédito con mínimos requisitos, microcréditos ($4,7 millones otorgados), cajas de ahorro sin cargo por 12 meses, adelantos en efectivo, etcétera. Asimismo, en las escuelas públicas de las zonas de inclusión, se desarrollan las acciones educativas Construyamos Nuestros Sueños y los Rincones de Lectura, en alianza con la Fundación Leer.
• Inversión social y voluntariado corporativo: la estrategia de sostenibilidad atraviesa toda la estructura del banco y el personal forma parte de ella. Todos los integrantes están invitados a participar, voluntariamente y dentro del horario de trabajo, de los proyectos solidarios que se promueven junto con otras organizaciones de la sociedad civil. Entre ellos, se pueden destacar las Maratones de Lectura, el Centro Educativo Santander Río, la construcción de viviendas con la organización TECHO y las acciones con la Fundación Sí.
• Medio ambiente: en Santander Río, se pusieron en marcha diversas acciones orientadas a reducir al mínimo el impacto medioambiental directo e indirecto de las operaciones: cuentan con instalaciones ecológicas y desarrollan iniciativas que racionalizan el uso de los recursos naturales, especialmente de los no renovables. Además de adherir a los Principios de Ecuador para la evaluación de proyectos de inversión, el banco adhirió a la Ley Basura Cero de la ciudad de Buenos Aires, al Carbon Disclosure Project y al Pacto Global. Santander Río mide su huella ambiental para adoptar medidas que permitan reducirla y trabaja junto a empresas especializadas para controlar el consumo de agua, gas, combustible y energía eléctrica. El año pasado, se reciclaron 200 kilos de tapitas plásticas y 47 mil kilos de papel, ajustó la temperatura de aires acondicionados, cambió luminarias, eliminó energía reactiva y realizó cortes de energía de equipos de trabajo fuera del horario laboral.
En 2013, el banco alcanzó el nivel 3.1 de dicha certificación, mientras que, en el informe actual, se realizó una profundización en el trabajo de incorporación de datos realizado por la entidad, certificando en el nivel 4 esencial, un logro en pos de obtener un mayor grado de transparencia.
Esta metodología –la certificación GRI- establece un modelo común de comunicación de la información económica, ambiental y social de una empresa y permite comparar el desempeño de una organización a lo largo de los años y de diferentes organizaciones entre sí.
La edición completa de la Memoria de Sostenibilidad de Santander Río 2014 se puede consultar haciendo clic aquí.
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