miércoles, 3 de junio de 2015

Enuresis: cómo tratar problema que afecta a 15 % de los chicos, por Edith Vega y equipo de Fund. Aigle (*)

La enuresis es la emisión repetida de orina durante el día o la noche, en la cama o en la ropa.

Este problema afecta a 15 de cada 100 chicos en la Argentina, convirtiéndose en uno de los problemas más frecuentes en las consultas infantiles.

De acuerdo con el consenso internacional, se considera que un niño sufre de enuresis pasado los 5 años sin poder retener la orina, tanto de día como de noche, y se manifiesta con una frecuencia de dos episodios semanales, por más de tres meses.

Esta situación, cuando persiste más allá de los 5 o 6 años, empieza a generar preocupación en los padres que comienzan a preguntarse si hubo algo que ellos "hicieron mal".

En los niños, genera inhibición en algunas actividades sociales y vergüenza; en muchos casos, dejan de participar de reuniones o encuentros en los cuales deben dormir fuera de casa, aislándose. Es probable que los chicos no hagan referencia directa a este problema de "despertar con la cama mojada", sino que pueden usar excusas para disimular su incomodidad al sentirse expuestos, tales como "extraño a mis papás" o "tengo miedo fuera de casa".

Por esto, resulta importante poder diferenciar y comprender los motivos que le impiden realizar actividades que sus compañeros realizan.

Generalmente, las primeras consultas suelen realizarse con los pediatras, quienes habitualmente realizan todos los controles clínicos pertinentes para descartar cualquier causa fisiológica o clínica antes de realizar una derivación a un psicólogo. Existen tres tipo de enuresis: sólo nocturna (la más frecuente), sólo diurna (frecuente en mujeres y poco frecuente superados los 9 años), nocturna y diurna.

¿Cuáles son las causas de la enuresis? Según los especialistas, se trata de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. El componente hereditario es un factor muy presente en las consultas, se suelen presentar antecedentes familiares en distintas generaciones.

Otro factor generalmente presente es la profundidad del sueño, que impide que puedan identificar que sus vejigas se encuentran llenas y se despierten para ir solos al baño.

Muchas familias, antes de consultar al médico o de recurrir a un tratamiento psicológico específico, realizan muchos esfuerzos para intentar solucionar el problema, generando gran desgaste y frustración al no lograrse resultados.

Los relatos de algunos padres indican que esta forma inespecífica de afrontamiento también aumenta la sensación de inadecuación o ineficacia en la familia.

Algunos ejemplos de lo que las familias implementan frecuentemente según los mismos dichos de los padres son: "nos poníamos el despertador a las 2am y a las 5am lo llevábamos al baño dormido, pero lo único que lográbamos era estar todos más cansados y cuando no lo llevábamos igualmente mojaba la cama"; "la despertábamos a mitad de la noche pero muchas veces ya se había hecho pis"; "a partir de las 6 de la tarde, no lo dejábamos tomar más líquido, era una tortura para él y para nosotros también"; "creíamos que si lo obligábamos a ayudar a cambiar las sábanas y el pijama lo ayudábamos a tomar conciencia, pero aprendimos que él mismo padecía y sufría por despertarse mojado"; o "cuando ya no sabíamos qué más hacer, decidimos ponerle pañales durante la noche, pero ella se moría de vergüenza".

Son muchas las variables que aumentan el malestar tanto del niño como de su familia, ante todo el no poder cumplir con una expectativa social considerada normal y sencilla lleva a creer que no se va a poder solucionar este problema. Una creencia muy frecuente en las consultas es que "algo anda mal". Resulta habitual que se presenten sentimientos encontrados de bronca y desconsuelo, deseo de ayudar al niño y resentimiento por el fracaso.

Por ello, una vez descartadas las causas médicas, para la enuresis nocturna, la psicoterapia es la herramienta más efectiva para solucionar este problema.

En la actualidad, hay procedimientos para la enuresis primaria funcional nocturna que permiten ayudar al niño y a su familia a superar juntos el problema. Es decir, niños sanos, que nunca han logrado el control urinario nocturno. Lo primero es realizar una evaluación para establecer si existe un nivel adecuado de motivación y madurez necesaria para poder iniciar un tratamiento.

Asimismo, se realiza una evaluación psicológica de diversos aspectos del niño que pudieran estar vinculados. El objetivo inicial del tratamiento debe ser que el chico se sienta mejor, dado que la enuresis provoca un elevado malestar, tanto en el niño como en la familia, así podrá afrontar y llevar adelante los requisitos del mismo.

Pueden realizarse procedimientos breves que duran entre 3 y 5 meses con una frecuencia semanal para el niño y encuentros mensuales para los padres y los dispositivos pueden ser individuales o grupales, lo cual favorece la integración social y la aceptación del conflicto.

En relación con los tratamientos disponibles, es fundamental que se trate de procedimientos con eficacia comprobada, específicos y practicados por profesionales con experiencia en el tema, el objetivo es "no perder tiempo" en resolver un problema que tiene solución.

(*) La columnista -foto- es doctora en psicología (MN 14363) de la Fundación Hospitalaria, Cramer 4601 (CABA), teléfono: (011) 4704-2300; y escribió este artículo con la colaboración de su equipo de la Fundación Aigle: los licenciados Maria Paula Preve, Estela Chardon y Gabriel Genisede.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario