Hay un vínculo madre-hija que las une, las separa y, al mismo tiempo, las mantiene irremediablemente atrapadas.
Dos almas que en el mundo, contado así, parece un drama. Y lo es.
Sin embargo, la pluma ácida del autor, Vicente Battista, la magnífica y original puesta de Walter Velázquez, y, sobre todo, las inspiradas actuaciones de Paula Kohan -Emilia- y Mariana Jacazzio -Mercedes- (esta última responsable, además, de la producción general), permiten que los espectadores disfruten de precisas dosis de humor.
Solo con este ingrediente se pueden digerir la crueldad y aspereza que se dedican las protagonistas, como si fuera un juego perverso que no tiene fin. Aunque la obra dure 55 minutos.
También resulta fundamental que las multifacéticas Kohan y Jacazzio intercalen canciones, muy bien interpretadas por sus afinadas y dúctiles voces.
Estas intervenciones atenúan la tensión cuando parece que se acerca un desenlace brutal, que se posterga, con la excusa de hablar sobre un pretendiente que está por llegar.
Una ausencia que se potencia con otros fantasmas que rondan omnipresentes: un padre (QEPD), un hermano y un hijo que se fueron, en forma misteriosa y amarga.Y con la ausencia de ellas mismas.
Emilia y Mercedes, en definitiva, son dos espectros que se atacan mutuamente (y hasta se deleiten con esa relación sadomasoquista), mientras simulan -por momentos- darse afecto.
Hasta los torturadores también necesitan, de vez en cuando, tomarse un descanso de su trabajo.
Dos almas que en el mundo subirá a escena los martes 4 y 25 de noviembre, y el 4 de diciembre, siempre a las 21, en la sala 3 del porteño Centro Cultural San Martín.
Apenas 3 funciones para admirar las magistrales actuaciones de Paula Kohan y Mariana Jacazzio, dos de las mejores exponentes de las actrices de su generación.
Entradas: $80, vía tuentrada.com y en la boletería del complejo de Sarmiento 1551, CABA.
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