La Ginecoestética o Estética Genital Femenina es una subespecialidad dentro de la Ginecología, que se dedica a mejorar la zona genital femenina, no sólo desde lo estético, sino que también brinda una respuesta a cuestiones de salud, funcionalidad y sexualidad que afectan a muchas mujeres y a sus parejas.
Permite brindar una solución a toda situación de cambio o disconformismo que las pacientes refieren en la genitalidad y por consiguiente en la sexualidad. Siendo las causas de esto, las lesiones posparto, los cambios hormonales o la constitución genética.
Si bien las consultas resultan cada vez más frecuentes, existe un tabú acerca de los genitales femeninos. En la mayoría de los casos, las mismas pacientes subestiman la situación y no se plantean si aquello puedo mejorar o no.
Por ejemplo, a 90% de las mujeres que han tenido partos vaginales se les ha realizado una episiotomía en el momento del parto, esta cicatriz genera en 50% de las pacientes dolor residual durante la penetración. Dependiendo el caso, mediante un procedimiento quirúrgico o utilizando el Resurfacing con láser de CO2, se logra la mejora del tejido remanente de la cicatriz, disminuyendo el dolor durante las relaciones sexuales, y al mismo tiempo mejoran la estética.
Por otra parte, muchas mujeres, luego de los partos vaginales o por constitución genética, pueden sufrir cambios en las dimensiones internas y externas de la anatomía del canal vaginal. Esta pérdida del tono muscular y el ensanchamiento generan, a menudo, una pérdida de placer en las relaciones sexuales y de la autoconfianza, disminuyendo el placer. Aprovechando los beneficios del láser (menor sangrado, menor inflamación y acortamiento del posquirúrgico), se realiza un procedimiento para restablecer las dimensiones normales de la zona. Estrechando el canal vaginal en todo la extensión, realzando la tonicidad, reforzando los músculos y aumentando el control muscular voluntario.
Alrededor de 20% de las pacientes presentan hipertrofia (tamaño exagerado) de los labios menores. Este trastorno no sólo implica una cuestión estética, puede aumentar la producción de flujo, así como también interfiere en la vida diaria de las pacientes, en la higiene, al utilizar ropa o bikinis ajustadas, al practicar deportes o durante las relaciones sexuales, produciendo incomodidad y dolor.
Una de cada cinco mujeres de todas las edades sufren de vaginismo (contractura anormal de los músculos perivaginales, durante la penetración vaginal, haciéndola dolorosa y a veces imposible). Mediante el uso de toxina botulínica y un esquema novedoso de aplicación en los músculos perivaginales, se relajan dichos músculos, con excelentes y resultados rápidos, lo que permite a la paciente comenzar con la actividad sexual.
Muchas de ellas durante el embarazo y el posparto sufren de sequedad vaginal, debido al aumento de la prolactina (hormona que estimula el desarrollo mamario y la producción de leche). El impacto de la sequedad vaginal y la falta de lubricación generan sobre la actividad sexual, la salud ginecológica y, por consiguiente, la calidad de vida de la pacientes una inquietud y demanda que se pone de manifiesto en la consulta diaria del médico.
Hasta el momento, estas pacientes sólo contaban como opción para contrarrestar el efecto de la falta de lubricación y sequedad vaginal el uso de geles, ya que el reemplazo hormonal es prohibitivo durante el embarazo y la lactancia.
A partir de 2009, he desarrollado un novedoso tratamiento, totalmente inocuo para la paciente, que brinda excelentes resultados: logra lubricación natural y mejora la sequedad en las pacientes que sufrían de esta dolencia, utilizando factores de crecimiento del plasma sanguíneo de la propia paciente, sin ningún efecto adverso.
Asimismo, durante la menopausia se observan casos de sequedad vaginal. 80% de las mujeres la sufren en esa etapa. Los cambios en los niveles de estrógeno pueden causar que el área genital padezca de sequedad, dolor durante las relaciones sexuales y ardor al orinar. Y suelen aumentar las infecciones vaginales o urinarias. Esto puede contrarrestarse a partir del uso de factores de crecimiento del plasma sanguíneo de la propia paciente, sin ningún efecto adverso.
En esa misma etapa de la vida, el prolapso de órganos pélvicos e incontinencia urinaria son comunes. Los órganos pélvicos como vejiga, útero o recto se protruyen por fuera del canal vaginal. El descenso de los órganos pélvicos puede ser en forma individual pero, por lo general, se da en conjunto con el órgano adyacente. Aunque la mayoría de las pacientes no siente síntomas en los casos leves, la queja principal apunta a la sensación de cuerpo extraño vaginal. Existen procedimientos mínimamente invasivos que permitirán cambiar esta sensación y, además, solucionarán la incomodidad que provoca la incontinencia urinaria.
Se recomienda consultar con el ginecólogo de confianza, ya que él podrá ayudar a decidir el mejor tratamiento.
(*) El columnista -foto principal- es médico ginecólogo y cirujano estético (M.N.109.601), y cirujano en Unidad de Cirugía Plástica de la Clínica Santa Isabel.
Más información en www.drimbriano.com.
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