"La relación amistosa y posterior pelea Clarín-Kirchner ocupa un lugar estelar en el libro: al menos, durante el período de Earl Anthony Wayne, la embajada estadounidense procuró tomar distancia de lo que escuchaba de empresarios y funcionarios. Y si bien compartía críticas a los que presumía eran los objetivos de los Kirchner, creía que el basamento teórico de la ley tenía bastante sustento, porque a a los diplomáticos de EE.UU. les molestaba lo que define como "posición dominante" de Clarín. Un dominio que perjudicaba, según Wayne, a las empresas norteamericanas de TV y productoras", reveló Sebastián Lacunza, coautor de WikiMediaLeaks, volumen que acaba de editar Ediciones B en la Argentina.
En diálogo con El Informatorio, el periodista anticipó parte del contenido de la obra, que analiza la relación de la prensa y los gobiernos de Latinoamérica a la luz de los cables de WikiLeaks.
"Hay una línea común de grandes medios de sentirse y demostrarse víctimas de gobiernos autoritarios, y de administraciones que entienden que la principal oposición pasa por los grandes medios. Incluso en países donde no ha habido un conflicto explícito", concluyó Lacunza.
A continuación, se reproduce la charla con el escritor sobre WikiMediaLeaks.
Marcelo Mendieta: ¿Cómo surgió la idea de hacer esta investigación sobre la relación de los medios y los gobiernos de Latinoamérica, en base a los cables de WikiLeaks? ¿De qué manera accedieron al material, cuánto tiempo les llevó ordenarlo y convertirlo en un libro? ¿Cómo dividieron el trabajo con Martín Becerra (foto 3)?
Sebastián Lacunza: No bien surgieron los primeros cables de WikiLeaks, en noviembre de 2010, me tocó seguir parte de las informaciones que surgían para Ámbito Financiero.
Al mismo tiempo, Martín Becerra, en el marco de su actividad académica, escribió algunos textos muy interesantes tratando de interpretar el hito qué representaban las filtraciones en sus varias facetas.
Veníamos intercambiando ideas y compartiendo cierto asombro, y cada vez más veíamos que algunos textos que eran realmente muy reveladores no lograban espacio en los medios.
Primero, fueron regulando lo publicable los medios privilegiados que habían accedido a los cables.
Hacia el fin del primer trimestre de 2011, WikiLeaks fue liberando más textos, y en septiembre los liberó del todo.
Aún así, algunos cables sobre un proceso tan rico como el del conflicto de varios gobiernos latinoamericanos con empresas periodísticas seguían sin aparecer. Era evidente que allí había una barrera muy tentadora de ser atravesada.
El libro de Santiago O'Donnell, ArgenLeaks, rompió la lógica binaria y los silencios de los medios polarizados, pero aún así quedaba un campo por recorrer en cuanto a los medios.
Accedimos a una base de datos de WikiLeaks y a partir de septiembre comenzamos una clasificación más metódica. Sólo los cables de América Latina eran más de 32.000, todos en inglés. Fuimos afinando el lapiz, hasta la redacción que culminó en febrero.
Nos dividimos la búsqueda y la redacción fue cruzada todo el tiempo. Estaba claro que corríamos contra el tiempo.
M. M.: ¿Existe algún trabajo similar en otra zona del mundo? Me refiero a un volumen que analice el mismo tema (el vínculo entre gobiernos y medios), según WikiLeaks.
S. L.: Hemos visto varias ediciones "nacionales" de WikiLeaks. Además de ArgenLeaks, hay trabajos en Italia y España, por ejemplo, pero no accedimos a un libro específico sobre los medios.
M. M.: Si se analizan los cables, ¿qué lugar ocuparía la pelea del gobierno de los Kirchner vs. Clarín en un ranking de conflictos entre otras administraciones de LatAm y los medios de comunicación de esos países, desde la óptica estadounidense?
S. L.: Un lugar estelar y es parte de lo que le da singularidad al dossier argentino. La relación amistosa y posterior pelea Clarín-Kirchner estructuran buena parte de los despachos que se enviaron a Washington.
Las complejidades de ese vínculo y de la ley de medios, que recibía duras acusaciones de editores y empresarios a los que la embajada escuchaba, pero también elogios de otras fuentes, obligaron a los diplomáticos de EE.UU. a un análisis más riguroso.
Por supuesto que en los casos de Chávez, Correa o Evo Morales, hay un gran volumen sobre la prensa, Globo, Telmex y Televisa son actores ineludibles para los intereses norteamericanos, pero ningún caso es tan específico y extendido en el tiempo como el vínculo de la Casa Rosada con Clarín.
M. M.: En síntesis, ¿qué encontaron allí sobre la guerra entre el kirchnerismo y el multimedios Clarín?
S. L.: En síntesis, una embajada que, al menos durante el período de Earl Anthony Wayne, procuró tomar distancia de lo que escuchaba. Que, aunque compartía críticas a los que presumía eran los objetivos de los Kirchner, creía que el basamento teórico de la ley tenía bastante sustento, porque a la embajada le molestaba lo que define como "posición dominante" de Clarín.
Un dominio que perjudicaba, según Wayne, a las empresas norteamericanas de TV y productoras. Al respecto, empresarios, editores y periodistas fueron a la embajada a criticar al Gobierno, a cuestionarse entre sí, a hacer lobby, a reclamar. También hubo articulación con Gabriel Mariotto, está claro.
M. M.: ¿Se deduce del material que Uds. estudiaron que los medios más poderosos de la Argentina impulsaron la desestabilización del gobierno de Cristina Fernández, durante la crisis con el campo, como se denunció desde el oficialismo en ese momento?
S. L.: Eso está sujeto a la lectura de cada uno. Las críticas esgrimidas contra el gobierno en la embajada alcanzaron altísimo voltaje, pero en general, quienes las profirieron dijeron defender la democracia y la Constitución. Por supuesto que esas aserciones están sujetas a lo que cada uno pueda reflexionar al respecto y creerlas o no. Los argumentos quedan muy explícitos en el libro.
M. M.: ¿Existen similitudes entre la relación del gobierno argentino con la prensa y lo que sucede en otras naciones vecinas? ¿Hay un patrón similar en la conducta de los gobernantes y/o de los medios?
S. L.: Creemos que el caso argentino es muy singular, tanto por el patrón de conducta como al ver qué es lo que estaba en juego. Son democracias y sociedades de distinto nivel de desarrollo.
Sí, hay una línea común de grandes medios de sentirse y demostrarse víctimas de gobiernos autoritarios, y de gobiernos que entienden que la principal oposición pasa por los grandes medios. Incluso en países donde no ha habido un conflicto explícito.
Estructuramos el libro en cinco partes. Una introducción analítica, países amigos, enemigos, grandes ligas (Brasil y México) y Argentina. Es importante considerar que aún dentro de los grupos amigos (Chile, Colombia y Perú) y enemigos (Bolivia, Venezuela, Honduras y Ecuador) hay importantísimas diferencias.
M. M.: ¿Cuál considerás que es el mayor aporte de WikiMediaLeaks? ¿Por qué dirías que hay que leerlo?
S. L.: Primero, para enterarte de cables reveladores sobre los medios, las ONG y las políticas de comunicación de los gobiernos que hasta ahora no han sido publicados, y segundo, para tratar de ver una película completa de esta época compleja.
Hay una tendencia a simplificar las divisiones entre países "serios" y "populistas", o "populistas" y "liberales", o "revolucionarios" y "conservadores".
En lo personal, no rehuyo de las clasificaciones, aunque sí cuando se utilizan para describir con trazo grueso. Se le pueden hacer muchas críticas a las embajadas, pero un mérito aparece en muchos despachos. Su factura profesional. En ese sentido, brindan una fuente documental útil para repasar una época compleja.
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