La escritora Laura Escudero (foto) ha ganado por segunda vez el Premio Barco de Vapor, que otorga la prestigiosa Ediciones SM para incentivar la literatura infantil-juvenil, con la novela El rastro de la serpiente.
En diálogo vía correo electrónico con El Informatorio, la autora reveló si el hecho de ser psicóloga influyó en su forma de escribir y contó qué significa promover la lectura de libros para niños y adolescentes en su Córdoba natal.
Asimismo, reivindica a sus colegas más destacados en este género literario.
A continuación, se reproduce la entrevista con Laura Escudero.
Marcelo Mendieta: ¿Qué se siente haber ganado otra vez el Premio Barco de Vapor?
Laura Escudero: Alegría. Me parece que ganar un premio me da, sobre todo, alegría. Y también gratitud, porque es una gran oportunidad para una novela, asomar al mundo tras la lectura privilegiada de un jurado prestigioso; y celebrada de alguna forma. Una buena manera de empezar. Y luego se verá por qué rumbos la llevan sus cualidades. Lo que sigue es incierto.
M. M.: ¿Cuál considerás que ha sido el cambio (un profesor de historia del arte siempre nos decía que "no había evolución sino cambio"), si es que lo hubo, entre la distinción que te entregó SM por Encuentro con Flo en 2005, y la que recibís ahora por El rastro de la serpiente?
L. E.: Claro. Estoy muy de acuerdo con el profe de arte. Evolución me suena al ascenso de estadios inferiores a estadios superiores, como si la vida fuera una gran trepada de escalones, ufff qué cansancio. También prefiero pensar en el cambio, y sí, yo no soy la misma que era hace seis años.
Me parece que aquella vez, el premio a Encuentro con Flo, tuvo para mí un peso simbólico de hito, de punto de partida. Acababa salir mi primera novela, recién dejaba de ser inédita y gané el premio. Constituyó una gran motivación y un tremendo desafío: a ver cómo seguía.
El premio al Rastro me encuentra más calma, tal vez, con una mirada sobre qué quiero escribir como de quién va haciendo camino al andar, y ese espíritu de turista que se deja sorprender, de exploradora que se sumerge en las espesuras de las palabras para encontrar mundos ocultos, me encanta.
M. M.: ¿De qué trata tu último libro y a qué público está dedicado?
L. E.: Mi último libro es El rastro de la serpiente. En general me incomoda explicar de qué se trata un libro, me parece tanto como explicar un chiste: se pierde la gracia. La gracia de cómo está escrito, de qué manera elegí yo para contar eso que debería resumir en pocas líneas. Así que citaré la reseña de contratapa:
“La noche en que los hombres y las mujeres del pueblo de los cazadores de serpientes no volvieron, todo cambió. Yacu, con solo doce años, ocultó su miedo y emprendió la búsqueda. Junto a los otros pequeños de su aldea, inició un viaje con el fin de develar los motivos de la desaparición de sus padres. Pero el camino no será fácil: es una serpiente monstruosa la que impide el deseado reencuentro.”
La novela está dedicada a todo lector que se entusiasme. Está incluida en la Serie Roja (para lectores de 12 años en adelante) de la colección El barco de vapor de Ediciones SM.
M. M.: ¿Cómo influye el hecho de que seas psicóloga a la hora de escribir, de elaborar los personajes?
L. E.: Durante algún tiempo me preocupó el tema, digo, que en mi escritura apareciera algo que los lectores pudieran leer como "autoayuda", desde ese complicado lugar que ocupan los psicólogos hoy en el imaginario colectivo de tener aparentes respuestas sobre todo, especialmente en relación a los demás. Sin embargo, comprendí que todo lo que estudié, viví, transité me hace ser quien soy y escribir como escribo. Sin duda, hay algo anterior, que me atraviesa, vinculado al enamoramiento de las palabras, los relatos y la búsqueda de los sentidos. La indagación de los anhelos de los otros, para entender los propios.
M. M.: ¿Qué es el CEDILIJ y cuál es tu función en esa entidad?
L. E.: El Cedilij es un Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil, una organización de la ciudad de Córdoba, que procura multiplicar las oportunidades de acceso al libro y a la literatura. Tenemos una gran biblioteca especializada, que cobra las más variadas formas, para llegar a los destinatarios más remotos (por cualquier circunstancia, no sólo geográfica).
La verdad es que las funciones de toda/os son múltiples y acomodadas a lo que se necesita y se puede. Porque somos un puñado de personas con muchas ganas. Formo parte de la comisión directiva.
M. M.: ¿Qué momentos han resultado particularmente satisfactorios en esta tarea?
L. E.: ¿En la tarea de promover la lectura? Muchísimos, no podría elegir ninguno en particular porque mi memoria sería injusta. Para empezar, estoy enormemente agradecida por haberme encontrado con las/os compañera/os que tengo, de quienes he aprendido muchísimo y continúo aprendiendo siempre. El entusiasmo compartido es un motor inestimable. Tengo cantidad de instantes atesorados, de lectores descubriendo un libro conmigo. Miradas de perplejidad y encanto. Algo de pronto, encendido.
M. M.: ¿Cómo definirías el panorama de la literatura infantil-juvenil en la Argentina y en Iberoamérica? ¿En qué lugar ubicarías a tus colegas de la Argentina, si tuvieras que hacer un ranking regional?
L. E.: En primer lugar, desconozco gran parte de las obras de los otros países de Iberoamérica, porque la mayoría se queda en el mercado local, no circula; y porque creo que es extremadamente complejo y particular el desarrollo de las literaturas regionales que si bien comparten rasgos contemporáneos, cultivan exquisiteces propias que hay que aprender a degustar.
Luego, celebro las iniciativas editoriales que, más allá de proponerse satisfacer un mercado con libros a gusto del consumidor, se arriesgan y apuestan a sus productos estéticos más allá de sus fronteras. Con respecto a cómo ubicaría a mis colegas, diría que hay grandes autores con una obra ya construida, referentes indudables como Ema Wolf, Laura Devetach, María Teresa Andruetto, Gustavo Roldán y todos los fundadores del campo que resultan insoslayables a la hora de pensar cualquier panorama de Lij.
También ubicaría en un sitio especial a Liliana Bodoc porque creo que tiene ya una obra consolidada y potente. Sergio Aguirre porque ha abordado un género con un estilo muy personal.
Incluiría además a una gran cantidad de autores que están en plena construcción de su patrimonio escriturario, por así decir, muy promisorios, muy diversos, con búsquedas muy diferentes, lo cual me parece de una potencial riqueza para el devenir de la literatura: Paula Bombara, Ángeles Durini, Sandra Siemens, Franco Vaccarini, Martín Blasco, Sandra Comino y acá debería incluir una extensísima lista, pido perdón y confieso que las valoraciones afectivas/ subjetivas se imponen.
La lógica de la enumeración no tiene que ver con un ranking sino con los caprichos de mi memoria Y como dice don Saramago en Todos los nombres:
La fama, ay de nosotros, es una aire que tanto viene como va, es una grímpola que tanto gira al norte como al sur, y de la misma manera que una persona pasa del anonimato a la celebridad sin percibir por qué, tampoco es infrecuente que después de haberse pavoneado ante el entusiasta público a favor, acabe sin saber cómo se llama.
Las valoraciones de distintas obras son de alguna manera relativas y marcadas por el contexto.
M. M.: ¿Fenómenos globales como el de Harry Potter ayudan o conspiran contra la producción local?
L. E.: ¿Por qué conspirarían? Esa lógica me parece tan mezquina como aquella que sostiene que lo que se considera mala literatura quita lectores a la literatura de excelencia. Detesto las dictaduras (la del mercado, la de la crítica, la de la escuela) o los planteos que otorgan un poder dictatorial a un sector determinado. Prefiero pensar que todos estos campos en tensión se autorregulan. Sin embargo, me parece que es responsabilidad nuestra como ciudadanos del mundo Lij, si se me permite la figura, estar alertas a los movimientos de cada sector y abrir el debate cada vez que resulte necesario reflexionar sobre un exceso de poder.
M. M.: Has ganado premios y publicado varios títulos, ¿qué sueño te gustaría cumplir como escritora?
L. E.: Como escritora te diría que tengo el mismo sueño que como persona. Seguir entusiasmada con la búsqueda.
Foto de Laura Escudero: Ediciones SM/Mario Regis.
Gracias Laura por entusiasmarnos con tu literatura!
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