Gracias a un auspicioso convenio de cooperación entre los gobiernos nacional y porteño, más el Banco Ciudad y el gremio de la construcción (UOCRA), se adjudicaron las últimas unidades de la Torre San Jorge, un edificio con 300 departamentos de 2 y 3 ambientes.
Ubicadas en el barrio porteño de La Paternal, más precisamente en Luis Belaustegui 2755, las apartamentos fueron destinadas en forma mayoritaria a trabajadores de la UOCRA. Aunque también se distribuyeron entre familias pertenecientes a otros sindicatos, como Camioneros, Municipales, Obras Sanitarias, UPCN y Unión Tranviarios Automotor.
En este modelo exitoso, que se constituyó bajo la estructura de un fideicomiso en 2008, el gremio de Gerardo Martínez aportó los terrenos; la financiación estuvo a cargo de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación, con 37%, del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires, con 25%, de los compradores, con 10%; y del Banco Ciudad con 28%, a través de créditos hipotecarios a 20 años para los beneficiarios.
Un ejemplo que debería repetirse como política de Estado.
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