sábado, 28 de octubre de 2006

Política argentina: ¿Confirmará Telerman en su gabinete a un ex guerrillero que se alzó contra Alfonsín?

La designación de Roberto Felicetti, ex cabecilla del MTP que atacó en 1989 el regimento de La Tablada, como director general de Políticas de Reciclado Urbano de la ciudad de Buenos Aires parece una maniobra de opositores a Jorge Telerman, más que una decisión de fieles e incondicionales colaboradores del jefe de gobierno porteño como -se presume lo es (nadie lo puso en duda hasta ahora)- Marcelo Vensentini, ministro de Medio Ambiente.

Si bien a nadie en la Argentina puede sorprender que un ex guerrillero alcance un cargo público -no es el primero y tampoco será el último-, sí causa desconcierto que el promovido no sea un terrorista que luchó contra un régimen dictatorial (sería un atenuante, aunque nada justifica semejante violencia, a mi modo de ver), sino un hombre que se alzó en armas durante el gobierno democrático de Raul Alfonsín.

Y con el agravante de que el copamiento del cuartel en el verano del 89, se hizo en medio de serias sospechas de que los emetepeistas estaban siendo funcionales a una maniobra de inteligencia nacional o internacional, destinada a legitimar los excesos de los militares durante la guerra sucia, y al mismo tiempo erosionar el gobierno radical de la época. El asalto a cuartel fue, sugestivamente, anticipado por el desaparecido semanario El Informador Público, que dirigía Jesús Iglesias Rouco, por periodistas afines a los "servicios".

El Movimiento Todos por la Patria, guiado militarmente por Enrique Gorriarán Merlo (quien murió hace unas semanas), actuó con la supuesta pretensión de evitar un golpe anti-Alfonsín de militares "carapintadas" que no fue. Nunca se confirmó que la teoría tuviera visos de realidad.

Condenado a perpetua por la Justicia, Felicetti está en libertad gracias a un indulto de Eduardo Duhalde de 2003. No hay por qué decretar su "capitis diminutio" "sine die". Es cierto: podría reinsertarse en la vida social, pero al menos se le podría exigir un arrepentimiento de aquella tropelía en la que murieron muchos argentinos, en plena vigencia de la democracia. Ese gesto, de cualquier manera, resultaría tardío a esta altura.

Telerman, que no estaba enterado de la promoción, todavía está a tiempo de dar marcha atrás con este polémico nombramiento de Vensentini, que poco ayuda a afianzar las chances telermanistas de continuidad en la gestión capitalina, más allá de diciembre de 2007. ¿Cuál será la verdadera "actitud Buenos Aires"?

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