El Banco de Galicia tomó la delantera en el mercado local: desde julio -mientras se clausuraba el Mundial de Alemania- permite operar a sus clientes vía teléfono celular. Lo hizo merced a un convenio con CTI, que despertó gran interés en el mercado pero con la cautela que suele mostrar un público conservador como el argentino en materia de innovaciones tecnológicas (tal cual sucedió con la irrupción de Internet hace una década).
El sistema -que también lo ha puesto en práctica el Banco Río, en sociedad con Personal, y bajo la denominación Mobile Banking- habilita pagos a terceros con el simple envío de un mensaje (SMS), que cuesta 10 centavos facturados por la compañía de móviles.
Para poder usarlo hay que registrarse en la web del Galicia. En el banco, subrayan que muchos clientes operan sólo por Internet y no pisan, salvo excepciones, las sucursales. Esa franja de usuarios es la más proclive a adoptar Galicia Móvil.
Fuentes de la entidad reconocen que la combinación celular + finanzas no tiene demasiados seguidores por ahora, aunque hay una tendencia creciente. A tal punto que, muy pronto -auncian en el Galicia-, ampliarán el servicio a usuarios de los competidores de CTI, Movistar (Telefónica) y Personal (Telecom). Apuestan a que la interacción entre banco y teléfono móvil se masifique, a imagen y semejanza de lo que pasó con home banking.
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