“Todos coincidimos (oficialistas y opositores de la ciudad de Buenos Aires) en que el Estado nacional tiene que transferir el control del contrato de subterráneos al gobierno local. Desde el 93, ese estatus jurídico y económico no se ha revertido… No hay razones para que la ciudad no controle el subte”, denunció el legislador porteño Martín Borrelli (Frente Compromiso para el Cambio).
En diálogo con El Informatorio por radio Palermo, el diputado macrista se lamentó de que “Metrovías, la empresa concesionaria, no asistió a la reunión”, organizada el lunes 17 por las comisiones de Seguridad y Transportes, de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, a 3 semanas de las primeras denuncias sobre violación y abuso sexual a, por lo menos, 4 mujeres en el subterráneo.
“Es preocupante”, agregó Borrelli durante la charla con Marcelo Mendieta, “porque cualquier medida que podamos diseñar debe contar con la colaboración y la aprobación de la empresa. Lamentamos que no hayan venido”.
“El texto de la nota que nos hicieron llegar –abundó el diputado que integra la comisión de Seguridad- habla de que necesitaban más tiempo para producir información… A esta altura no nos resulta del todo creíble porque esta citación se hizo hace más de una semana y todos los demás invitados concurrieron”, no pudo disimular la indignación.
En cuanto a la propuesta de la secretaría de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires para combatir la inseguridad en el subte, Borrelli (foto) apuntó que “se está hablando de 180 efectivos divididos en 3 turnos de 60: esto parece insuficiente para controlar 50 kilómetros de red y 69 estaciones. Y los policías, generalmente, están en la zona de boleterías y no patrullan el andén. Siguiendo el criterio de cuidar la recaudación. Y no, la integridad física o los bienes de los usuarios”
Antes de concluir el reportaje, el legislador macrista señaló que “si la empresa se abriera un poco más al reclamo de sus usuarios, cosas tan sencillas como recomendar que la policía patrulle el andén se podrían llevar a cabo. Y duplicando la cantidad de efectivos”.
“Néstor Kirchner y Cristina Fernandez, seguro, leyeron a Cooke en los 70… Pero el Kirchner posterior es más conservador, es más caudillo de provincia… Kirchner se parece más a Perón, es más pragmático…”, reflexionó en diálogo con El Informatorio, Franco Lindner, autor de “Cooke, el heredero maldito de Perón. La biografía”.
El periodista comentó durante la entrevista con Marcelo Mendieta que “hablé con 5 funcionarios del gobierno de Kirchner que me pidieron no aparecer con nombre y apellido: todos están enamorados de Cooke porque para ellos fue un maestro. Cooke es el primer tipo que se le planta a Perón, discute ideas de igual a igual. Es el primero que se da cuenta que Perón lo usa a Cooke, porque representaba el ala izquierda del movimiento. Lo usa para presionar al poder de turno. Pero nunca para consumar la amenaza. Lo que le pasó a Cooke en los años 50 y 60, es lo mismo que después les pasa a los Montoneros y a la Juventud Peronista, por eso se sienten tan identificados con Cooke”.
“A Cooke se le debía un libro”, subrayó Lindner. “Fue un referente de muchos dirigentes que hoy están en política, que están en el gobierno. Para quienes militaron en el peronismo en los 70, Cooke fue una bandera ideológica y, sin embargo, había muy poca bibliografía sobre este personaje”.
“El libro está lleno de cosas sorprendentes. La vida de Cooke parece una novela. A mí lo que más me llamó la atención es cómo huye hacia delante, hacia Cuba, cuando Perón lo deja sin poder: alquiló un avión y se fue con un amigo a La Habana donde cayó preso…”, concluyó el autor de “Cooke, el heredero maldito de Perón”, que acaba de publicar editorial Sudamericana.
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